César Elí García

marzo 29, 2023

                                       

César Elí García (Oaxaca, 1990). Entre los años 2009 y 2013 fue parte de los talleres de poesía del maestro José Molina en la Biblioteca Andrés Henestrosa.
Ha publicado el libro Fuego Punk (Cabros Editores, 2022) Divergencias (SECULTA, 2015) es un libro colectivo de poesía donde publicó el apartado Insomnio.
Poemas, artículos periodísticos y reseñas literarias de su autoría se publicaron en el desaparecido suplemento cultural Cronos del periódico Tiempo de Oaxaca.
Colabora con el portal Ciudadanía Express y forma parte de los Cabros Editores.
En la actualidad realiza estudios de humanidades en el área de filosofía del IIHUABJO.

PEQUEÑO RIMBAUD



—Posibilidad

perder un color, ganar otro.

Estaciones perennes. 

Zapatos de madera       

—entre    

hojarasca marchita,

—bajo

lágrimas De(Sí)dratadas


Para cruzar los Alpes o el cerro de San Felipe


Tumba de tu Corazón Alegre

murió de frío. 

No puedo decir de la nieve, 

si es murmullo del cielo o caída silenciosa.

Percusión de marimba nórdica.


La palabra en el sepulcro; 

pensamiento que no llegó a pronunciar.


Tú, que vas a contemplar el vuelo de las garzas

por las riberas del Atoyac.


Piensas escribir a la tarde  

nombrando el vuelo coreográfico, parvada o cardumen. 

Las aves componen alineaciones, valses.

Organización sin líder

autodeterminación del vuelo

colectividad voluntariosa. 


Una piedra en el suelo no vale nada. 

La misma piedra entre tus manos 

frontera entre la vida y la muerte.


Tus versos,  

Cuerpo adolescente sobre el que dormías

manantial salino para humedecer los labios. 

Cíclope que intentaba romper el cielo.

Torre de babel erecta y soberbia

para confundir la lengua de tu amante en turno.


Las páginas de tu libro

al almanaque de tus días, el otoño llegará.  

Árbol vacío.


Veinte años. 

Guíñele un ojo a la muerte.

Mártir adolescente; camuflaje de máxima cristiana. 


CON         SU    MISMO 

         Consumismo 


Pienso, a mitad de la madrugada, escribirte.

Tu nombre: Olvido.

Un cometa, promesa. 

Son escasos los milagros  

para dejar pasar el amor. 


De la libertad de los pájaros imitamos contraer nupcias


60° el compás en rotación;

triángulo pariendo el mundo. 


Una piedra en el suelo no vale nada. 

Para que el humano no lo encontrara,

Dios oculto el fuego. 

En el pedernal duerme. 


No confundas flama con luz.  

Flama es la lengua, luz la palabra. 

Por mucho fuego, no dejaremos de andar a tientas. 


El humano necesita confirmar que no se ha quedado solo. 

Platicar a oscuras, hablar como loco. 


En la oscuridad, no necesito cerrar los ojos para verte.

Presente o recuerdo. 


Yo también me fugué de casa. 

Quedé a deber rentas en el vientre de mi madre.

Desalojado con violencia.

El útero se confunde con sepulcro. 


Colección de objetos; se detiene la belleza 

en los bolsillos, ranas y alas de mariposas, 

pétalos secos de una flor, 

por el camino. 


¿Qué hacer con esa ontológica escritura?

Transcribe, en caligrafía, las cicatrices de tu alma.

Sobre el papel se dibuja una S,

sinónimo de tu espalda, 

escarificada por el látigo de tu padre; domador de caballos.


Al fondo del frasco queda la fe. 

A través del encendedor, 

la transparencia advierte el vacío.

Confia en el milagro de la flama.


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