César Elí García
marzo 29, 2023César Elí García (Oaxaca, 1990). Entre los años 2009 y 2013 fue parte de los talleres de poesía del maestro José Molina en la Biblioteca Andrés Henestrosa.
Poemas, artículos periodísticos y reseñas literarias de su autoría se publicaron en el desaparecido suplemento cultural Cronos del periódico Tiempo de Oaxaca.
En la actualidad realiza estudios de humanidades en el área de filosofía del IIHUABJO.
PEQUEÑO RIMBAUD
—Posibilidad
perder un color, ganar otro.
Estaciones perennes.
Zapatos de madera
—entre
hojarasca marchita,
—bajo
lágrimas De(Sí)dratadas
Para cruzar los Alpes o el cerro de San Felipe
Tumba de tu Corazón Alegre
murió de frío.
No puedo decir de la nieve,
si es murmullo del cielo o caída silenciosa.
Percusión de marimba nórdica.
La palabra en el sepulcro;
pensamiento que no llegó a pronunciar.
Tú, que vas a contemplar el vuelo de las garzas
por las riberas del Atoyac.
Piensas escribir a la tarde
nombrando el vuelo coreográfico, parvada o cardumen.
Las aves componen alineaciones, valses.
Organización sin líder
autodeterminación del vuelo
colectividad voluntariosa.
Una piedra en el suelo no vale nada.
La misma piedra entre tus manos
frontera entre la vida y la muerte.
Tus versos,
Cuerpo adolescente sobre el que dormías
manantial salino para humedecer los labios.
Cíclope que intentaba romper el cielo.
Torre de babel erecta y soberbia
para confundir la lengua de tu amante en turno.
Las páginas de tu libro
al almanaque de tus días, el otoño llegará.
Árbol vacío.
Veinte años.
Guíñele un ojo a la muerte.
Mártir adolescente; camuflaje de máxima cristiana.
CON SU MISMO
Consumismo
Pienso, a mitad de la madrugada, escribirte.
Tu nombre: Olvido.
Un cometa, promesa.
Son escasos los milagros
para dejar pasar el amor.
De la libertad de los pájaros imitamos contraer nupcias
60° el compás en rotación;
triángulo pariendo el mundo.
Una piedra en el suelo no vale nada.
Para que el humano no lo encontrara,
Dios oculto el fuego.
En el pedernal duerme.
No confundas flama con luz.
Flama es la lengua, luz la palabra.
Por mucho fuego, no dejaremos de andar a tientas.
El humano necesita confirmar que no se ha quedado solo.
Platicar a oscuras, hablar como loco.
En la oscuridad, no necesito cerrar los ojos para verte.
Presente o recuerdo.
Yo también me fugué de casa.
Quedé a deber rentas en el vientre de mi madre.
Desalojado con violencia.
El útero se confunde con sepulcro.
Colección de objetos; se detiene la belleza
en los bolsillos, ranas y alas de mariposas,
pétalos secos de una flor,
por el camino.
¿Qué hacer con esa ontológica escritura?
Transcribe, en caligrafía, las cicatrices de tu alma.
Sobre el papel se dibuja una S,
sinónimo de tu espalda,
escarificada por el látigo de tu padre; domador de caballos.
Al fondo del frasco queda la fe.
A través del encendedor,
la transparencia advierte el vacío.
Confia en el milagro de la flama.
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