DON SATURNINO JUÁREZ, GUARDIÁN DE LA PELOTA MIXTECA

febrero 07, 2025


 Foto y texto: César Elí García 


Sobre el antiguo camino a la Agencia de Mengolí de Morelos, en el municipio de Miahuatlán de Porfirio Díaz, se encuentra el Campo de Pelota Mixteca, deporte que se remonta a la época prehispánica. Es domingo por la mañana, y los peloteros hacen calentamiento, en espera de la llegada de las quintas visitantes. 

Entre los jugadores se cuenta don Saturnino Juárez. Como él mismo dice, ya anda rayando los ochenta años de edad. Veterano jugador de pelota mixteca y pelota de esponja. 

—Para mí la pelota es puro deporte y diversión. Es una herencia de la gente de antes que no dejamos perder. Antes solo era la pelota mixteca, pero ahora también jugamos con pelota de esponja. 

Juego pelota mixteca desde los quince años, pero desde los doce ya comencé a travesear con ella y desde que la agarré ya no la solté. Cuando comencé practicaba en los paredones de las casas de adobe, las casas no tenían ventanas, entonces se prestaban para practicar como en un frontón.  De mis compañeros que jugaron conmigo, aquí ya no hay ninguno. 

Con pelota de hule el juego es peligroso, porque si no sabes cómo entrarle la pelota te puede rebotar y golpearte la mandíbula, en este juego también se juega la vida por un mal pelotazo, es brava la pelota. Por eso si ves que no puedes agarrar el tiro, mejor lo dejas para el compañero de atrás.  
Entre la pelota mixteca con pelota de goma y con la de esponja, no hay diferencia en las reglas, el juego es el mismo. Un partido es de doce pelotas, el primer equipo en hacer doce pelotas gana el partido, el que cierra tres partidos gana el juego. 

La diferencia está en que la pelota de hule, es una pelota más grande, pesa entre novecientos gramos y un kilogramo. En cuanto al guante, está tachonado de garbancias y forrado de piel, pesa entre cinco y seis kilos, para los jugadores de la parte de atrás; el saque ocupa un guante de cuatro kilos. 

Para la pelota de esponja, el guante es más ligero. Está hecho de una tablilla de madera y cuero como agarradera. Si la otra pelota es más pesada y violenta, esta es más rápida,  exige más agilidad, más brinco y mayor velocidad, pide más carrera. Si sabes jugar, la pelota de esponja te permite hacer lo que le decimos el bitibolea. Que consiste en poder acomodar la pelota para ti, o para otro jugador. 

Antes casi todo Miahuatlán jugaba, hubo mucha jugada. Había tres campos, uno en el centro de Miahuatlán, otro en San Francisco y otro en Santa Cecilia. En esos tiempos las pelotas nos las traían desde la mixteca; venían a vendernos pelotas y nos compraban mezcal.  

Hoy los jóvenes tienen poco interés en el juego, la chamacada que viene, de los quince a los dieciocho ya no juega, se inclinan más por el fútbol. Al menos aquí en Miahuatlán ya no hay animación, se necesita alguien que los anime y los arrime al juego. 

En donde sí hay jugada grande es en Ejutla de Crespo, sobre todo en sus colonias; como La Pitiona, Agua Blanca, Hacienda Vieja, hay buenos jugadores. En agua blanca hay un señor que anima a los chavos, pero es su trabajo, le pagan como entrenador. 
Hace cuatro años César Figueroa Jiménez, el Chivo, nos ayudó a organizar un torneo. Ahora que está sirviendo como presidente municipal de Miahuatlán, confío en que nos va a ayudar, porque le interesa este deporte y si no hacemos nada, tal vez aquí se pierda para siempre.

Casi es mediodía, el sol está por alcanzar su cenit, y yo continúo mi camino. La primera quinta prepara el juego y la pelota es despejada desde el botadero. Me marcho pensando en el juego de pelota mixteca como un deporte ancestral, que como muchas de las manifestaciones culturales originarias, ha sobrevivido al desplazamiento de la modernidad, gracias a personas como don Saturnino Juárez.  Al otro lado del camino, se escuchan las porras de los equipos de fútbol que en un ambiente multitudinario disputan su partido.    


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