Texto y Foto: César Elí García  

Todos los pueblos de Oaxaca tienen un vínculo cultural con el Mezcal como bebida ritual, no es ajeno a ningún oaxaqueño el hecho de que en cada celebración esta bebida forma parte de las ofrendas, tanto en una boda como en un funeral. Existen diversas historias sobre el descubrimiento de esta bebida, algunas rayan en lo mitológico, otras están fundadas en lo histórico, pero ninguna es fehaciente pues no logra negar a las otras.  

Fue durante la década de los noventa cuando esta bebida comenzó a tomar importancia en el mercado, siendo exportada por Ron Cooper, principalmente a los Estados Unidos. Los precios, está de más decirlo, exacerbados. Desde entonces, su consumo no ha hecho más que aumentar. Este es un gesto más que declara que Oaxaca está de moda y que, por ende, todos, propios y extraños, quieren obtener alguna tajada, grande o pequeña, de esta economía emergente. El resultado: que se estén depredando ecosistemas completos para sustituir la flora nativa por sembradíos de agave.  

Sembradío de agave para la producción de mezcal, carretera Istmo-Oaxaca.

El periodista Renato Galicia ha documentado este proceso de mercantilización de la cultura, poniendo cierta importancia en el mezcal como producto para turistas, sedientos de lo exótico y novedoso. No es ajeno para el periodismo oaxaqueño que Renato es un exponente del periodismo cultural, oficio que ha ejercido desde hace ya más de treinta años, primero como reportero de El Financiero, en CDMX, antes DF, y en Oaxaca como editor del diario Tiempo de Oaxaca. 

En más de una ocasión, he escuchado a Renato compartir la anécdota aquella en la que cuenta, cómo en una ocasión, siendo su maestro Eusebio Ruvalcaba, le comentó a modo de elogio que su escritura informativa, tenía un pie dentro de la literatura, a lo que el buen Renato respondió, agradecido –que bueno que me lo dice para sacarlo. Pues a Renato le ha importado básicamente la escritura documental e informativa más que la escritura literaria de belleza y ficción.  

El pasado sábado 13 de marzo, en la librería Mandrágora, Renato Galicia presento su libro Marracitos, golpes del Mezcal, con el cual se suma a la ola literaria que se está alzando en nuestro estado. Una ola que reclama la literatura y sus beneficios para los autores y les da una cachetada a las monopólicas editoriales, a las que ya nadie pela, salvo aquellos lechones, que les ha tocado una buena teta para mamar de la puerca.  

Marracitos es el primer libro publicado por Renato, pero también el primero editado por Burrito ediciones, en donde colaboran Caro Ocampo y Jorge González (Burrito). La edición la podemos definir como sobria, la portada impresa en serigrafía y la encuadernación hecha a mano por Tony Ocampo. Todo esto, hace de Marracitos una publicación artesanal, cuidada desde este canon.

 En Marracitos Renato nos comparte una recopilación de crónicas, que podrían mal interpretarse como apología de la embriaguez personal, sin embargo, quien haga esta interpretación podría ser tenido por simplón o tuerto, incapaz de advertir la profundidad que representa hablar hoy en día del mezcal y su mercantilización. Hay en Marracitos, el compendio de un trabajo que Renato viene haciendo desde el 2004, en el que observa críticamente el proceso de reducir la cultura oaxaqueña a un objeto. Renato declara que; el bebedor común, es aquel que ha sostenido al palenquero durante 400 años, por tanto, un grupo de oportunistas carecen del derecho moral para lucrar con una bebida que pertenece a un pueblo en un sentido profundo de lo ritual.