DAMIÁN JERÓNIMO ANDREÑUK

marzo 10, 2024

 

Damián Jerónimo Andreñuk nació en City Bell en 1986 y reside en Villa Elisa, ambas localidades ubicadas en el partido de La Plata, Buenos Aires, Argentina. Publicó once libros, todos a través de certámenes en diferentes editoriales: Omisiones (Raíz alternativa, 2010), Portales al vacío (De Los Cuatro Vientos, 2011), Formas concretas (Hespérides, 2013), Silencio de crisálidas (Literarte, 2015), Metástasis (Luz del alba, 2015), Vértigo insondable (Mis Escritos, 2017), Música del polen (Hespérides, 2021), Yamila (3K, 2021), Donde orinan los lobos (Fela, 2021), Dimensiones de lo breve (Mis Escritos, 2022) y Pelear contra la niebla (Trinando, 2023). Además, a nivel nacional e internacional, obtuvo distinciones en concursos y fue seleccionado para colaborar en revistas y antologías.



La gema del futuro

 

     Con sólo un gesto amable un roce de sus manos

     me cubrió de luz me hizo añicos la sabiduría

     era su aroma como a miel -delicadamente dulce-

     y su sonrisa daba ganas de llorar

     como los pájaros que anuncian el ocaso

     me cubrió de luz de nubes de vértigo

     y una magia inexpresable le brotaba del cabello lacio

     como un canto transparente liberado por la vida

     como un bocado sustancioso de lo eterno

     ya no importaba que se enturbie la gema del futuro

     la brisa desde los maizales

     la hormiga y su tenacidad

     la embriaguez la luna la calandria

     era todo tan sagrado

     con sólo un gesto amable un roce de sus manos.

 

 

 

                   Elegía y soledad

 

     Sigo enfrentando de pie los infortunios.

     Observando los colores de la sed.

     Sentir el mundo con sus muchas mezquindades

             es arduo es tortuoso es extenuante.

 

     Espíritus podridos

     no pueden apreciar la compasión,

     la modestia, la sencillez,

               la belleza.

 

     Recuerdo aquellos breves enamoramientos

                     como catedrales derrumbadas.

     Todo aquello inalcanzable desde mi soledad

                              merece una elegía.

 

                     Seis estrofas

 

     La primavera es un zorzal enfebrecido

que abriga con su canto.

 

     El verano es la niñez más transparente.

     Un palacio gigantesco bañado de sol.

 

     El otoño es abundancia que se desmorona,

declive, opacidad,

   la vida fatigada.

 

     El invierno es un aullido azul-oscuro

de lobos melancólicos

panteras y chacales.

 

                          *

 

     Es un fantasma siempre cerca

   la muerte impredecible.

 

     Es un monstruo ensimismado un camino pedregoso

                                    la torpe soberbia.

 

                                     

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