JULIO L. MONTERO
marzo 10, 2024JULIO L. MONTERO Poeta y Artista Plástico. Nació el 28 de agosto de 1993 en Santo Domingo Tehuantepec, Oaxaca, estudió la Licenciatura en Artes Plásticas y Visuales. Becario Nacional de Jóvenes Escritores en 2015, mención honorífica en Puebla con “Poemas de MalaMuerte”, co-fundador de Regando Letras; una iniciativa para donar libros a comunidades oaxaqueñas. Sus poemas se han publicado en diferentes antologías poéticas a nivel nacional e internacional. Cuenta con dos libros publicados; “Vesania” en 2020 y “El Lenguaje Poético de las Cantinas” en 2022. En las artes plásticas ha participado en más de 100 exposiciones colectivas e individuales a nivel estatal y nacional. Sus poemas visuales han sido publicados en suplementos culturales internacionales en países como Francia, India y Colombia. Actualmente realiza crónicas de la escena de cantinas y bares en la ciudad de Oaxaca, pertenece al Colectivo Navegante Libertaria, donde se desarrolla como coordinador de eventos literarios y precursor de los derechos de las comunidades en la entidad.
YA MUY PRONTO
Cuando las copas verdes se rompan
Cuando tu marfil no valga nada
Búscame en las erecciones de las
nubes.
Cambia lentamente tu almohada,
Vende un par de guirnaldas
Y búscame en la geoda de las
ciudades.
Cuando necesites fuerza;
Atiza el último reproche de tu madre
Y bebe lentamente sus oraciones.
No hay norte ni sur,
Ni bendita agua ni sal protectora,
Solo una bahía rota.
Ya no tengas miedo ni bautismo,
Háblales a las piedras de tus vuelos
Y naufraga en las risas de la lluvia.
Ocupa tu lengua como un relámpago,
Traza en la espesa sangre una
paloma
Y deja que tus culpas se evaporen.
Trata de no despertar a las ventanas,
No olvides regar las estrellas
Y no le mientas a tu sombra.
Hay un pájaro herido en tus ojos,
Hay una lágrima perforándote la
garganta
Y un amanecer cautivo en tu memoria.
Levanta tus fantasmas,
Grita los defectos de tu rosa
Y entrega al sol tus sueños.
Ya muy pronto se oxidará tu
armadura,
En tu armario no quedarán sonrisas
limpias,
Solo quedará una máscara de polvo.
La muerte tiene un puñal de oro,
No te preocupes por la renta,
Solo recuerda alimentar al mar.
Cuando me encuentres…
Síguete buscando
Entre atrios y bares.
Entre las uñas de las piedras,
Entre nuestra última nube apadrinada,
Entre lunas y arena.
DÍAS PASAN
Se han perdido los ojos de las cortinas,
Los navíos no encontrarán a la virgen
de varilla.
Las nubes desalojan a las palomas
Y Vuelve el viento a su vientre.
¿Cuántas heridas creamos en la
banqueta?
Anoche soñé con el puente de tu
ombligo,
Ese que conducía directo a la locura,
Al poniente de Dios.
Despertarse mata a los viajeros del
tiempo,
Cada grito de los geranios augura un
jaguar,
Viviré en la ebriedad de tus plantas
dulces,
De tu hoja universal.
¡Cómo no nací el día de mañana!
Tú ya no estás, tú ya no vistes las
montañas,
ya no es necesario maquillar a los
zapatos,
no es factible ya levantar templos.
El año pasado hubieras nacido brisa,
Las ventanas serían triangulares
Y las cortinas fueran daltónicas,
Y así no reconocerían tu amor.
DIARIO
¿Cómo no amarte?
Violeta del viento.
Si el día te besa los pies,
Mientras manadas de venados
Saltan de tus ojos.
Te llevaré,
Posada en mis herrajes,
Por todas las hendiduras
Del asfalto,
Por todos los meandros
Del cielo.
¿Cómo olvidarte?
Dónde encontraré
Los huesos de los besos,
Para una fina sepultura.
Prenderé fuego,
Con dos sueños para
encontrarte y santificarte
en mi desierto interior.
Perderé la risa,
Perderé remolinos.
Cubriré de ortiga
Mi corazón,
Sólo para alentar
Tu lenguaje.
Carnada son las flores,
Retazo del sol tu cabello.
Con amor,
El tiempo corre peligro.
APOEMA
Me encanta morirme en mi mismo
Pelear con mi padre para ser abuelo,
Hacer llorar a mi madre para ser padre,
Me fascina arrepentirme para ser
HIJO DE DIOS.
Los espejos me traicionan,
Los veo y se dan la vuelta.
Les grito que la vida es un reflejo.
Ellas, los espejos son ellas,
madres del ego y el tiempo.
A los espejos los alivio,
a mi hijo lo traiciono,
a mi padre lo condeno,
a mi madre la arrepiento,
a mi abuelo lo adoro y a Dios lo reflejo.
¿Quién está bien?
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