RÍO TRONCO, EL NOMBRE OLVIDADO. SAN ANTONIO HUITEPEC, OAXACA.

diciembre 05, 2024

 

Texto y Foto: César Elí García. 

El nombre de los pueblos mexicanos, está compuesto por un binomio, por una parte, el nombre de una figura religiosa, y por otra una figura toponímica. Esta construcción delata el proceso histórico del mestizaje cultural entre lo español y lo indígena. Solo cuando el pueblo en cuestión es cuna de algún personaje histórico, la figura religiosa es sustituida por el nombre del hijo pródigo en cuestión. 

Durante el siglo XX, con el fin de generar un sentimiento nacionalista, había la intención de homogeneizar la diversidad cultural del territorio mexicano, una propuesta fue hacerlo desde el monolingüismo, impuesto desde los sistemas educativos. 

La SEP (Secretaria de Educación Pública), dirigida por José Vasconcelos, impulso programas de alfabetización. Dando pie a la figura del maestro rural, educador del español, como lengua nacional, basado en paradigma de progreso y civilización. Al grado de prohibir, inquisidoramente, el ejercicio hablante de las lenguas originarias. Poniendo a estas en el papel de atraso y marginalidad.

Los pueblos que habían escapado a cuatrocientos años de imposición colonial, y que conservaban solo su nombre toponímico, al igual que a sus habitantes, se les asignaron nuevos nombre y nuevos apellidos, por medio del bautismo. Los territorios fueron renombrados, bajo la figura tutelar de algún héroe patrio. Tal es el caso de Río Tronco, que al ser reconocido como agencia, del municipio de San Antonio Huitepec, fue rebautizado como Agencia Miguel Hidalgo. Dejando el primer nombre en el olvido, provocando el desconocimiento de las nuevas generaciones sobre el nombre toponímico.

Cerro del ferrocarril, antes Cerro del Tecolote.

Durante el 2023, tuve el gusto de conocer Miguel Hidalgo, gracias a la invitación del Comité de Radicados en la ciudad de Oaxaca, para impartir talleres artísticos, a los infantes de esta localidad. Durante las horas libres, acompañados de los maestros jubilados Irenea y Nicasio,   recorrimos en caminata, parajes como el pie del cerro del Ferrocarril, originalmente llamado Cerro del Tecolote, y el manantial El Palomar. Producto de estas caminatas escribí en mi libreta-diario el siguiente texto, que compartí con las niñas y niños, participantes del Taller Iniciación a la creación poética.




22 de diciembre 2023


Antes de venir a Miguel Hidalgo, el artista plástico Dionicio Martínez, originario de esta comunidad, me comento que anteriormente, se llamaba Río Tronco. Aller fui a caminar al Cerro del Ferrocarril, antes Cerro del Tecolote. Cuentan que en su cima solían venerar a los Dioses antiguos. 

La maestra Irenea, me mostró una planta de color verde cenizo, —La llaman Yucutushe, es amarga y sirve para curar males del hígado— me explica. 

También encontramos otra planta pequeña, con hojas alargadas y terminadas en óvalo, dijo que no recuerda su nombre, pero que sirve para controlar la fiebre. —Hemos olvidado su nombre, pero no su uso—

 Estuvimos buscando, sin éxito, una planta llamada Amole, que en tiempos antiguos utilizaban como jabón, —Solía dejar la ropa limpia y suave–   

Cuando estábamos a mitad de la montaña, el maestro Nicasio, me señalo al norte, la montaña de enfrente. Dijo que se llama Peña de Arco, en esa montaña, cuentan, se aparece una jícara color rojo flotando en el manantial que ahí nace. 




Por la tarde, en el pueblo se celebraba una boda, Las nupcias en Río Tronco, fuimos invitados a degustar un mole de rancho. —Espero que todos tengan tiempo para irse tarde— pidió el anfitrión a los invitados, después del discurso del padre del novio,  regaron con agua el patio de tierra colorada y la pareja de recién casados abrieron el baile, para convidar a su alegría a los que ahí estábamos.

    Cascada del Palomar 


Al otro día fuimos a caminar al paraje El Palomar, un manantial que brotaba en medio de dos montañas, en donde según me contaron antes se hacía una cascada, que ahora está seca, debido a que entubaron el agua, un poco para los cultivos de aguacate y otro poco para uso potable en el pueblo. Alguien me señalo un árbol a lo lejos, y me dijo —Aquel árbol de flores amarillas se llama Guachepil, sus flores son comestibles, preparadas con frijoles, su madera es muy resistente y se ocupa para construir casas, aunque en la antigüedad se utilizaba para armar cruces mortuorias que se ponían en las tumbas del panteón.     


No cabe duda que Río Tronco es un pueblo, que cuenta su historia en su gente, en sus fiestas, en sus plantas y en sus montañas.

  Flores silvestres recolectadas en Río Tronco.

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