PRINCESA 6 MONO, BLUSA DE GUERRA

febrero 17, 2025

 

Por: Renato Galicia Miguel

Jaltepec, NochixtlĆ”n.—Una historia portentosa y vigente dio vida al museo comunitario AƱuti de 6 Mono de esta población.

Es fantĆ”stica, pero real, la historia de la princesa mixteca 6 Mono --primero “Blusa de Serpiente” y despuĆ©s “Blusa de Guerra”-- o Nana Luisa, quizĆ” la primera mujer gobernante de AmĆ©rica.

Hoy prototipo y sĆ­mbolo de la mujer por su “mentalidad distinta incluso a la de la actual, otrora personaje Ćŗnico que accedió al poder en tiempos y dominios territoriales absolutos de hombres, en todo caso, representa a “una de las mujeres mĆ”s notables de la historia indĆ­gena”, segĆŗn investigadores como Maarten Jansen.

Por tradición oral, relata Manuel Miguel Robles, uno de los fundadores del museo, “nuestros abuelitos nos han contado esta leyenda de la reina de AƱuti o AƱute”, hoy Jaltepec o “Cerro de jade y oro”, de acuerdo con interpretación de Alfonso Caso.

La de una mujer muy bella que para casarse puso a prueba a tres reyes, quienes debĆ­an lanzar desde el cerro del Chocolate o de las Apuestas, ubicado en Jaltepetongo, hasta el de AƱuti, dominio de 6 Mono, una ofrenda: el de Teozacoalco –pueblo de mezcal excelso—aventó agua, pero sólo llegó a Yutecó, en la comunidad de El Venado, donde existe un gran afluente; mientras que el de Mitlatongo lanzó ocote, el cual cayó en El Tambor, en el rancho La Unión, Ćŗnico sitio de Jaltepec en que hay pinos. El de Tilantongo, cuna de la cultura mixteca, lanzarĆ­a jade, pero en vez de la piedra utilizó un pĆ”jaro y Ć©ste llegó volando al cerro AƱuti. Fue el elegido.

Códices mixtecos como el Selden dan cuenta de una historia mucho mĆ”s rica y compleja del personaje. En principio, segĆŗn lectura de Manuel Miguel Robles, contra la idea comĆŗn, la princesa 6 Mono fue coterrĆ”nea de OcaƱaƱa o “20 Coyote”, alguna vez rey de Tilantongo, y del famoso 8 Venado, “Garra de Tigre”, el gran conquistador y primer gobernante de las mixtecas alta, baja y de la costa: la primera nació en el aƱo 1073, el segundo en 1075 y el tercero en 1063.

La princesa 6 Mono fue el quinto alumbramiento de la seƱora 9 Viento, de SuchixtlƔn, y del seƱor 8 Viento, de Tilantongo, ambos gobernantes de AƱuti.

Los tres primeros hijos de la pareja fueron sacrificados por el rey de Mitlatongo y una cuarta hija fue enviada a Tilantongo sin que se supiese mĆ”s de ella, asĆ­ que a 6 Mono le correspondĆ­a heredar el trono de AƱuti, por lo que creció bajo la tutela del mejor maestro de la Ć©poca, el seƱor 10 Lagartija, “Hacha de Jade”, quien la educó en dos rubros: artes y cultura y el arte de la guerra, por lo cual desarrolló una formación y mentalidad excepcional.

Ya en el poder, por consejo de la “Sacerdotisa de la Muerte”, misma que podrĆ­a ser no una anciana sabia, sino su propia conciencia, retó a duelo al rey de Mitlatongo, que habĆ­a sacrificado a sus hermanos: lo superó en conocimientos de cultura y tambiĆ©n en la prueba del arte de la guerra, que consistió en someter a los pueblos que disputaban Monte AlbĆ”n. La princesa mixteca no sólo lo venció, sino que rescató a su rival, quien habĆ­a sido hecho prisionero por aquĆ©llos, y lo sacrificó; tal conquista le valió ser reconocida desde entonces ya no como “Blusa de Serpiente”, sino como “Blusa de Guerra”. Luego sometió tambiĆ©n a otros seƱorĆ­os menores, a grado tal de extender Jaltepec hasta los Valles Centrales. Y enfermó de poder.

Ambicionaba el reino de Tilantongo, el mÔs poderoso de la región, gobernado por 11 Viento y cuya herencia del trono peleaban Ocoñaña y 8 Venado.

El amor de su vida de 6 Mono era 8 Venado, pero segĆŗn orĆ”culo Ć©ste nunca accederĆ­a al poder, asĆ­ que la princesa mixteca le pidió “pelear guerras por ella”, con la idea de que se hiciese de un reino y entonces se pudieran casar, y el gran conquistador partió a Tututepec, en la costa oaxaqueƱa, donde erigirĆ­a un dominio propio.

Pero el plan de 6 Mono era otro. Finalmente optó por casarse con el viejo 11 Viento, a quien pidió relegara a Ocoñaña, y tuvieron un hijo: 4 Viento, el heredero del trono. Por ese tiempo regresó 8 Venado, descubrió el ardid y convenció al pueblo de Tilantongo para que presionara a 11 Viento a fin de que traicionara a 6 Mono.

Llevaron a 4 Viento a Monte AlbÔn y la princesa mixteca fue a su rescate con la idea de que lo habían secuestrado sus antiguos enemigos; cuando estuvo ahí, tarde descubrió la trampa.

Le dieron a elegir entre la vida de su hijo y la de ella, ademƔs de exigirle un tributo: historiadores como Manuel Martƭnez Gracida postulan que quizƔ sea el tesoro de la Tumba 7 de Monte AlbƔn encontrado por Alfonso Caso en 1932, expuesto una parte en el ex convento de Santo Domingo, en la capital de Oaxaca, y otra en el Museo Nacional de Antropologƭa, en la Ciudad de MƩxico.

Ella pidió ser enterrada en el cerro Añuti: murió en el año 1101, a los 28 años de edad, y comenzó su leyenda en Jaltepec, pueblo que convirtió a su reina en divinidad.

Jaltepec se encuentra a 20 minutos en automóvil de NochixtlÔn, pueblo de paso y comercio ubicado a 75 kilómetros de la capital del estado, sobre la carretera México-Oaxaca. Lomas bajas y pelonas rodean a la población, al frente se yergue el cerro Añuti o El Mogote, el de 6 Mono o Nana Luisa, y en el centro, en el portal, el museo comunitario de la princesa mixteca.

Registrado ya por la Unión de Museos Comunitarios de Oaxaca, el espacio se gestó por la inquietud de Manuel Miguel Robles, joven normalista e historiador a quien se sumaron Nereida Rojas Garzón, Juan Miguel Zúñiga, Manuel Bolaños Martínez, Naú Trinidad e Hipólito López Miguel.

Nació con una exposición de fotografĆ­as antiguas de la comunidad y algunas piezas arqueológicas montada el 22 de julio de 2004, dĆ­a de la fiesta patronal de Santa MarĆ­a Magdalena Jaltepec, y formalmente fue inaugurado el 27 de noviembre del mismo aƱo, fecha en que lo bautizaron como Museo Comunitario AƱuti de 6 Mono: “El maravilloso mundo de Nana Luisa”.

La leyenda cuenta que, de vez en vez, ya en su calidad de diosa, 6 Mono o Nana Luisa –en su versión espaƱolizada—aparece en la cĆŗspide del cerro AƱuti, conocido tambiĆ©n como El Mogote, exponiendo, al igual que en vida, sus pectorales de oro al sol: “La he visto con mis propios ojos”, jura el seƱor Miguel López, quien recoge leƱa en el monte.

Y la profecĆ­a de la princesa reza: “LlegarĆ” el dĆ­a en que la mujer mixteca no agacharĆ” la cabeza, serĆ” mĆ”s importante que el mismo sol y mĆ”s valiosa que el oro. Entonces mi nombre se escucharĆ” por todo el mundo y harĆ© que mi pueblo despierte de su encanto para hacer de Ć©l lo que siempre soƱƩ”.

En tiempo reciente, expone Manuel Miguel Robles, a nivel nacional e internacional se retoma “la ideologĆ­a de la mujer mixteca a travĆ©s de 6 Mono”, han publicado libros sobre ella, como “La dinastĆ­a de AƱute / Historia, literatura e ideologĆ­a de un reino mixteco”, de Maarten Jansen y Gabina PĆ©rez JimĆ©nez, y “Las mujeres y sus diosas en los códices prehispĆ”nicos”, de Cecilia Rossell y MarĆ­a de los Ɓngeles Ojeda DĆ­az, y fue creado el museo comunitario que lleva su nombre. Como quien dice, se cumple la profecĆ­a de una diosa mixteca vigente en el siglo XXI. 

      
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